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NOTAS TÉCNICAS

¿Como diseñar un sistema de Detección de Incendio 2° parte

COMO DISEÑAR UN SISTEMA DE DETECCIÓN DE INCENDIO

PARTE 2

Como hemos mencionado en la Nota técnica anterior, las normas internacionales de uso, instalación y mantenimiento de los Sistemas de alarma contra incendio son publicadas por la NFPA (Nacional Fire Protection Association) con sede en Massachusetts, EE UU.
En particular la norma NFPA 72 trata la ubicación y separación entre detectores.
En nuestro país, las normas las establece IRAM (Instituto de Racionalización Argentino de Materiales).  
La NORMA IRAM 3554 especifica las condiciones que deben cumplir las instalaciones fijas contra incendio y los sistemas de detección y alarma.
Sin describir la totalidad de estas normas, las reproduciremos parcialmente y comentaremos los lineamientos básicos de las mismas para que el proyecto y la instalación de los sistemas pueda realizarse correctamente.

ZONAS DE DETECCION

La finalidad de dividir los lugares a proteger en zonas de detección es identificar en forma inequívoca el foco del incendio.
La superficie de las zonas de detección no debe superar los 1000 m2. Deben estar situadas en un solo nivel o piso con excepción de los recintos de escalera, tragaluces cajas de ascensores, que se definirán como zonas independientes.
Como máximo, en cada zona se podrán agrupar 25 detectores automáticos de incendio.
En una zona de detección se podrán agrupar varios recintos, si se cumplen las siguientes condiciones:
Que los recintos sean contiguos y no mayor de cinco y que superficie de los mismos no  supere los 400 m2
Que los recintos además de ser contiguos, sus accesos puedan ser apreciados con facilidad.
Que la señalización de alarma sea óptica y bien perceptible para identificar correctamente una zona afectada por incendio.

SELECCION DEL TIPO DE DETECTOR DE INCENDIO

Para la selección se debe tener en cuenta la evolución más probable del incendio en su fase inicial, la altura del recinto, las circunstancias ambientales y todas las fuentes posibles de falsas alarmas en las zonas a proteger.
Cuanto más alto sea el recinto o cuanto mayor sea la distancia entre el foco del incendio y el techo, tanto mayor resultará ser la zona con una concentración uniforme de humos.
Las zonas del techo con alturas mayores pero de pequeña superficie no se toman en cuenta o se considerarán como una zona independiente.

La Norma IRAM sugiere la siguiente tabla para la elección de los detectores en función de la altura.

ALTURA DEL RECINTO  EN METROS       

DETECTOR DE HUMO

DETECTOR DE TEMPERATURA FIJA

DETECTOR DE TEMPERATURA FIJA Y POR GRADIENTE

DETECTOR DE LLAMA

Hasta 20

No apto

No apto

No apto

Apto

Hasta 12

Apto

No apto

No apto

Apto

Hasta 7,5

Apto

No apto

Apto

Apto

Hasta 6

Apto

No apto

Apto

Apto

Hasta 4,5

Apto

Apto

Apto

Apto

 

PAUTAS GENERALES PARA DETERMINAR LA UBICACIÓN Y SEPARACION ENTRE DETECTORES

El número y la disposición de los detectores es función del tipo de detector, de la geometría del lugar a proteger y del entorno que predomina en el recinto supervisado.
La elección del detector se realiza en base a dos premisas básicas:

  • La identificación de un posible incendio en su fase inicial.
  • La de minimizar las falsas alarmas.

Algunos reglamentos de protección contra incendio especifican una distancia de separación entre centros de detectores bajo condiciones ideales de instalación de 9 m, considerando cielos rasos lisos y sin obstrucciones entre el área protegida y los detectores.
Teniendo en cuenta que la mayoría de los recintos son rectangulares o cuadrados, colocando un detector en el centro de una habitación, se llegaría en condiciones ideales a cubrir un diámetro de 13 m.
Como en la práctica se deben enfrentar problemas tales como cielos rasos con distintos niveles, vigas de techo expuestas, espacios de almacenamiento y divisiones que obstruyen el paso del humo hacia los detectores, estratificación del aire o cielos rasos inclinados, la separación entre detectores varía de acuerdo a cada caso.
Se debe considerar además que para que el detector tenga una efectividad del 100%, la altura máxima del cielo raso debe ser de 3 metros. A mayor altura como por ejemplo 6 m, la efectividad se reduce al 64% por lo que la distancia entre detectores debe ser menor.
En este sentido, la Norma IRAM establece las condiciones mínimas para la disposición de detectores de acuerdo a su tipo mediante curvas y gráficos.
A título de ejemplo, para una superficie máxima supervisada por un detector de humo de 60 m2, una inclinación del techo de hasta 15°, una distancia máxima entre el detector y un punto cualquiera del techo de 5,8 m, la distancia horizontal permisible entre detectores será de 7,7 m.
Cuando los detectores tienen que ser ubicados en techos con vigas, se tendrá en cuenta la altura del recinto y las de la viga para determinar la cantidad de detectores a colocar.
Si los sectores del techo fuesen mayores que la superficie permisible de supervisión, cada uno de estos sectores se considerará como si fuera un recinto propio.
El ejemplo sería considerar la protección con detectores de humo un recinto de 60 m2 con un techo dividido en sectores de 12 m2. En este caso se debería colocar 5 detectores (uno por recinto) para lograr una protección efectiva.
En pasillos estrechos con un ancho menor a 3 m, se podrán colocar  detectores de humo hasta una distancia de 15 m entre si.
En cielorrasos inclinados o a dos aguas, la separación de detectores en el plano horizontal, tomando como referencia la línea vertical de plomada de la cumbre del techo, debe ser de 1 m desde dicha línea vertical.
Otro aspecto importante a considerar es la distancia entre los detectores y las paredes. Estas no deben ser menores a 0,5 m.
Además la distancia horizontal y vertical entre los detectores y las mercaderías almacenadas tampoco debe ser menor a 0,5 m.
Cuando se instala un sólo detector, en una habitación o recinto, el mismo se debe colocar tan cerca del centro del techo como sea posible, ya que dicho lugar es óptimo para detectar un incendio en cualquier lugar del área cubierta.
Los detectores para conductos y sistemas de aire acondicionado son diseñados especialmente para este uso, difieren de los expuestos hasta el momento y deben cumplir las normas para trabajar con determinada velocidad de aire dentro del espacio al que estarán destinados.

Los avisadores manuales de incendio se agruparán de modo tal que se pueda determinar en forma rápida e inequívoca el lugar de procedencia del aviso.
Se montarán en forma bien visible a lo largo de las vías de escape tales como salidas, pasillos, escaleras y en los sectores especialmente expuestos a peligros.
Deben guardar entre si una distancia no mayor a 40 m.

Los detectores de humo no deben instalarse en los siguientes lugares:

  • En corrientes de aire producidos por salidas o retornos de equipos de aire acondicionado. La cercanía a dichos lugares puede producir acumulación de polvo en los detectores lo que podría derivar en falsas alarmas o un funcionamiento defectuoso.
  • En áreas muy polvorientas o sucias.
  • A la intemperie.
  • En áreas mojadas o excesivamente húmedas.
  • En lugares permitidos para fumar o que se puedan generar humos por escapes de vehículos o partículas de combustión.
  • Areas de fabricación con presencia de vapores fuertes o densos. La concentración alta de gases más densos que el aire, tales como dióxido de carbono, aumentarán la sensibilidad de los detectores. Gases menos densos como el helio, los harán menos sensibles.
  • Cerca de artefactos de luz fluorescente, ya que por la interferencia eléctrica que producen podrían generar falsas alarmas.
  • En ambientes muy fríos o muy cálidos.

Cuando existan dudas sobre la posibilidad de que se produzcan falsas alarmas en lugares con presencia habitual de humo o gases de combustión, es preferible instalar detectores de gradiente y temperatura máxima.

Los detectores de humo están diseñados para que el mantenimiento necesario sea el mínimo posible, pero igualmente se acumula suciedad y polvo en los elementos de detección, que pueden afectar su sensibilidad. Podrían volverse más sensibles, en cuyo caso aumentarán las falsas alarmas. Si por el contrario se vuelven menos sensibles, la señal de alarma se generará con una menor anticipación en caso de incendio. Como las dos condiciones son indeseables, la solución es la prueba periódica del funcionamiento de los mismos.
En la próxima nota comentaremos los procedimientos de prueba y mantenimiento de los detectores de humo.